Pato Araizaga
La visión que comenzó todo, junto a un equipo imparable...
Todo empezó con Pato Araizaga, un apasionado portero que, tras años de buscar el guante perfecto, decidió que era hora de crear algo propio. Fue su visión la que encendió la chispa que daría vida a Duchens, una marca que pondría la calidad y excelencia en manos de los porteros. Sabía que el camino no sería fácil, pero estaba decidido a ofrecer lo que siempre había soñado: guantes diseñados por y para porteros.
Cuando compartió su idea con Baltazar, este no dudó en unirse como cofundador, trayendo consigo su pasión y compromiso para convertir a Duchens en algo más grande. Juntos, han trabajado para que cada guante no solo sea un producto, sino una herramienta que mejore el rendimiento y la confianza de los porteros en el campo. Desde sus inicios, el equipo ha crecido, sumando a más miembros que comparten esta misma pasión.
Hoy, Duchens no solo es una marca, es una comunidad. Cada día, más porteros se unen a este movimiento, reconociendo la dedicación y el esfuerzo que Pato, Baltazar y su equipo han puesto en cada detalle. Hemos crecido hasta convertirnos en una de las marcas favoritas en México, y seguimos fortaleciendo este sueño. ¡Cada nuevo miembro es una razón más para seguir evolucionando y alcanzando nuevas metas! Esto es solo el comienzo de una historia que promete mucho más.
Más que una marca de guantes tenemos un
Compromiso con el talento mexicano
En Duchens, estamos profundamente comprometidos con el crecimiento y desarrollo del talento mexicano. Apoyamos a porteros y porteras de todas las divisiones, desde los más pequeños en las infantiles hasta los grandes nombres de la Primera División, la Liga de Expansión, el Fútbol Rápido, y nuevas plataformas como la Queens y Kings League, así como la People League. Creemos en la dedicación, la pasión y el esfuerzo de quienes defienden el arco en cada cancha, sin importar el nivel o la categoría.
Confiamos plenamente en el talento y liderazgo de nuestros embajadores: Natasha, Alexis, Ezau, Alondra, Christina y Alan, quienes representan la esencia de Duchens y la excelencia en cada partido. Cada uno de ellos lleva con orgullo nuestros guantes, demostrando que la calidad y la entrega van de la mano. En cada atajada, están construyendo un legado, y nosotros, en Duchens, estamos aquí para apoyarlos en cada paso del camino.
Aprender, evolucionar y ganar juntos
Nuestra comunidad: Unidos por la pasión y el aprendizaje
En Duchens, somos una comunidad de porteros que comparten la misma pasión: ser los mejores en el arco. Sabemos que la portería es una posición que requiere dedicación, esfuerzo y constante evolución. Aquí, cada uno de nosotros busca perfeccionar su técnica, aprender nuevas estrategias y, sobre todo, encontrar formas de mejorar en cada entrenamiento y cada partido.
Nos motiva aprender unos de otros, compartir experiencias y descubrir juntos cómo llevar nuestro juego al siguiente nivel. Desde los pequeños detalles que marcan la diferencia en cada atajada, hasta las innovaciones en el campo que nos permiten estar siempre un paso adelante. En Duchens, estamos comprometidos con el crecimiento individual y colectivo, porque creemos que, con cada esfuerzo compartido, todos mejoramos y nos fortalecemos como porteros y como equipo.
Nuestro credo
El alma del portero
El alma del portero
Ser portero no es solo defender el arco, es defender la esperanza, la fe en lo imposible. Somos los guardianes silenciosos, los que enfrentamos el viento y el barro, los que se levantan una y otra vez, porque caerse no es una opción, y rendirse nunca será nuestra naturaleza.
Nosotros, en Duchens, entendemos que en cada atajada está el peso de un equipo, de una historia, de una vida. Porque cada balón detenido es más que un instante en el juego, es un acto de resistencia, es gritarle al destino que hoy no es el día en que nos van a vencer. Ser portero es estar solo, en el momento decisivo, sabiendo que el mundo te observa, pero sin temerle a esa soledad, porque en ella encontramos nuestro poder.
Estamos comprometidos con cada portero y portera que se levanta antes del alba para entrenar, con los que juegan bajo el sol abrasador o la lluvia torrencial, con los que sueñan bajo las luces de los grandes estadios o en las canchas polvorientas. No importa la categoría, no importa la división, lo que importa es el corazón que llevamos en el pecho, el fuego que arde en cada uno de nosotros.
Natasha, Alexis, Ezau, Alondra, Christina, Alan y tantos otros, ustedes son más que embajadores. Son los que llevan el estandarte de este credo. Son los que muestran al mundo que un guante no es solo un accesorio, es un símbolo de lucha, de valentía y de pasión. Ustedes son los que nos recuerdan que ser portero es mucho más que parar goles: es parar el tiempo, es detener lo inevitable y convertirlo en gloria.
Y a todos los porteros que se identifican con este camino, les decimos: este es nuestro credo. No estamos aquí para ser vistos, estamos aquí para ser recordados. Cada balón que detenemos, cada jugada en la que nos lanzamos sin dudar, es una promesa de que no importa cuántas veces nos ataquen, siempre estaremos de pie.
Porque ser portero es una declaración de vida. No importa si eres niño o veterano, si juegas en la primera división o en un torneo barrial, somos una familia, una legión de guardianes dispuestos a darlo todo por nuestro equipo, por nuestro sueño, por nosotros mismos. Y en Duchens, estamos aquí para asegurarnos de que nunca te falte la confianza, la protección y el coraje para seguir luchando.
Somos porteros. Somos Duchens. Somos los que nunca se rinden.